La externalización de la función de Recursos Humanos se trata de una decisión de calado que conlleva más que contar con un asesor externo, la incorporación de este en los procesos internos y de confianza de la organización.

Se caracteriza por una inmersión del equipo consultor en la dinámica y calendario de actividades de la empresa, a fin de facilitar el trabajo de campo.

La opción de contar con un profesional externo, especialista en la gestión de personas, que puede poner en práctica un conocimiento especializado, proporciona unas ventajas y garantías que compensan sobradamente, pero sobre todo permite a la dirección de la empresa centrarse en su core business; es definitiva en aquello que sabe hacer mejor que su competencia.